"Leer es una forma de vivir", Agustín Márquez
Una maravillosa forma de vivir, añadiría.
Este sábado, Agustín Márquez estará aquí presentando su novela LA ÚLTIMA VEZ QUE FUE AYER, conversando con Eric Gras, periodista, y Luis Rodríguez, escritor. A las 19:30h.
Se trata de una novela escrita en primera persona, directe, sincera, crítica y llena de humor, que retrata la transformación de un barrio periférico y olvidado, junto con sus protagonistas. Es un libro que nos ha gustado, nos ha tocado y que os recomendamos.
Una maravillosa forma de vivir, añadiría.
Este sábado, Agustín Márquez estará aquí presentando su novela LA ÚLTIMA VEZ QUE FUE AYER, conversando con Eric Gras, periodista, y Luis Rodríguez, escritor. A las 19:30h.
Se trata de una novela escrita en primera persona, directe, sincera, crítica y llena de humor, que retrata la transformación de un barrio periférico y olvidado, junto con sus protagonistas. Es un libro que nos ha gustado, nos ha tocado y que os recomendamos.
Sinopsis:
El atropello de Chico B, un acontecimiento demasiado habitual en el entorno hostil donde transcurre la novela, es el detonante de un cambio en los dos protagonistas de esta historia: el narrador y el barrio. Esta dolorosa muerte avivará un recuerdo que el narrador creía tener sepultado y bajo control en lo más hondo de su memoria, y acelerará a la vez la transformación del barrio. En aras de ese dudoso espejismo de la prosperidad y el progreso (que rescató a algunos, pero que también arrolló a muchos), las calles, los negocios y las viviendas empezarán a cambiar, y con ellos los personajes que los frecuentan y habitan.
Narrada en primera persona, con un estilo directo y voluntariamente aséptico, La última vez que fue ayer tiene algo de crónica íntima de unos de esos barrios periféricos de nuestras ciudades, castigados por la miseria, el deterioro y la violencia. Pero es además la historia de unos jóvenes confundidos y olvidados que, entre trapicheos, obsesiones y sueños, intentan sobrevivir y ser felices. Y es también el emocionado retrato de unos cuantos personajes extraños que les proporcionan algo parecido a la ternura: un camello aficionado a los canarios, un chico obsesionado con el fuego o un chucho llamado Mazinger que vagabundea por el barrio.
Agustín Márquez Díaz nació en Madrid en 1979. Es ingeniero de Telecomunicaciones y cursa estudios de investigación en Arte, Cultura y Literatura. Ha participado en diversas antologías, entre ellas Versos en el aire (2014), Taxi!!! (2015) o Los 52 golpes (2018). En 2016, creó, con otros dos socios, la editorial La Navaja Suiza. La última vez que fue ayer es su primera novela.
SEIS CLAVES SOBRE EL LIBRO
1. La última vez que fue ayer, la primera novela de Agustín Márquez, es un libro que se mueve entre la voz confesional de un joven y la polifonía de un barrio del extrarradio a finales de los años ochenta y principios de los noventa. A través de esta duplicidad de voces (la individual y la colectiva), nos adentramos en la vida del narrador, pero también en las de los habitantes de ese barrio periférico, que en pocos años transita de la marginación y el olvido a un pretendido progreso deshumanizado y equívoco. Ambos, narrador y barrio, son espejos encontrados: en la pérdida del rumbo del muchacho protagonista vemos la deriva del barrio y la irreversible destrucción de una manera de vivir.
2. Construida como una sucesión de estampas que podrían recordar a un álbum o a un puzzle a la manera de Georges Perec en La vida instrucciones de uso, la novela de Agustín Márquez es, de alguna manera, el registro de una clase social y de una generación en la que los personajes son golpeados por la especulación inmobiliaria, las urbanizaciones despersonalizadas y la engañosa entelequia de la prosperidad. Y es asimismo el retrato de una época asediada por el abuso de las drogas, la precariedad, la violencia y la necesidad de adaptación a cambios sociales y culturales tal vez demasiado bruscos.
3. El lector encontrará una conexión directa con estos personajes derrotados, que deambulan por lugares interiores y exteriores muy reconocibles, tratando de inventar estrategias privadas para sobrevivir a situaciones durísimas que casi siempre los superan (un atropello, la enfermedad, el abandono, la locura, un suicidio, la miseria…) .
4. ¿El progreso es siempre sinónimo de prosperidad? parece preguntarse Agustín Márquez. La última vez que fue ayer aborda la manera en que los cambios descontrolados de los espacios públicos transformaron también la forma de vivir de sus habitantes, sus aspiraciones y deseos, sus búsquedas e ilusiones: las pequeñas calles que se convierten en transitadas avenidas; los colmados, los bares y los quioscos que desaparecen o pierden su clientela habitual; los solares donde jugaban los niños convertidos primero en lugares de compra-venta de droga, y después en plazas y complejos urbanísticos impersonales.
5. La última vez que fue ayer oculta asimismo una trama enigmática, con difusos motivos de la novela de misterio: muertes, desapariciones, regresos inesperados, personalidades ocultas que se transforman y se mezclan con el tiempo, relaciones familiares y amistades que se cruzan y colisionan, crímenes contra los otros, contra uno mismo, contra la memoria. Es, sin duda, una novela enigmática llena de secretos turbios y piezas ocultas.
6. Escrita con una prosa «con ángel», La última vez que fue ayer sorprende por su estilo poético contenido, lleno de juegos, misterios, sugerencias y símbolos; por su oralidad envolvente; por su contundencia y condensación; por su agilidad narrativa y su original estructura fragmentaria. Una pieza de artesanía en la que todo está medido y tiene sentido, que recuerda a autores como Agota Kristoff, Raymond Carver, Edouard Levé o Georges Perec, e impresiona por su elevada conciencia de estilo y profundo compromiso.
Narrada en primera persona, con un estilo directo y voluntariamente aséptico, La última vez que fue ayer tiene algo de crónica íntima de unos de esos barrios periféricos de nuestras ciudades, castigados por la miseria, el deterioro y la violencia. Pero es además la historia de unos jóvenes confundidos y olvidados que, entre trapicheos, obsesiones y sueños, intentan sobrevivir y ser felices. Y es también el emocionado retrato de unos cuantos personajes extraños que les proporcionan algo parecido a la ternura: un camello aficionado a los canarios, un chico obsesionado con el fuego o un chucho llamado Mazinger que vagabundea por el barrio.
Agustín Márquez Díaz nació en Madrid en 1979. Es ingeniero de Telecomunicaciones y cursa estudios de investigación en Arte, Cultura y Literatura. Ha participado en diversas antologías, entre ellas Versos en el aire (2014), Taxi!!! (2015) o Los 52 golpes (2018). En 2016, creó, con otros dos socios, la editorial La Navaja Suiza. La última vez que fue ayer es su primera novela.
SEIS CLAVES SOBRE EL LIBRO
1. La última vez que fue ayer, la primera novela de Agustín Márquez, es un libro que se mueve entre la voz confesional de un joven y la polifonía de un barrio del extrarradio a finales de los años ochenta y principios de los noventa. A través de esta duplicidad de voces (la individual y la colectiva), nos adentramos en la vida del narrador, pero también en las de los habitantes de ese barrio periférico, que en pocos años transita de la marginación y el olvido a un pretendido progreso deshumanizado y equívoco. Ambos, narrador y barrio, son espejos encontrados: en la pérdida del rumbo del muchacho protagonista vemos la deriva del barrio y la irreversible destrucción de una manera de vivir.
2. Construida como una sucesión de estampas que podrían recordar a un álbum o a un puzzle a la manera de Georges Perec en La vida instrucciones de uso, la novela de Agustín Márquez es, de alguna manera, el registro de una clase social y de una generación en la que los personajes son golpeados por la especulación inmobiliaria, las urbanizaciones despersonalizadas y la engañosa entelequia de la prosperidad. Y es asimismo el retrato de una época asediada por el abuso de las drogas, la precariedad, la violencia y la necesidad de adaptación a cambios sociales y culturales tal vez demasiado bruscos.
3. El lector encontrará una conexión directa con estos personajes derrotados, que deambulan por lugares interiores y exteriores muy reconocibles, tratando de inventar estrategias privadas para sobrevivir a situaciones durísimas que casi siempre los superan (un atropello, la enfermedad, el abandono, la locura, un suicidio, la miseria…) .
4. ¿El progreso es siempre sinónimo de prosperidad? parece preguntarse Agustín Márquez. La última vez que fue ayer aborda la manera en que los cambios descontrolados de los espacios públicos transformaron también la forma de vivir de sus habitantes, sus aspiraciones y deseos, sus búsquedas e ilusiones: las pequeñas calles que se convierten en transitadas avenidas; los colmados, los bares y los quioscos que desaparecen o pierden su clientela habitual; los solares donde jugaban los niños convertidos primero en lugares de compra-venta de droga, y después en plazas y complejos urbanísticos impersonales.
5. La última vez que fue ayer oculta asimismo una trama enigmática, con difusos motivos de la novela de misterio: muertes, desapariciones, regresos inesperados, personalidades ocultas que se transforman y se mezclan con el tiempo, relaciones familiares y amistades que se cruzan y colisionan, crímenes contra los otros, contra uno mismo, contra la memoria. Es, sin duda, una novela enigmática llena de secretos turbios y piezas ocultas.
6. Escrita con una prosa «con ángel», La última vez que fue ayer sorprende por su estilo poético contenido, lleno de juegos, misterios, sugerencias y símbolos; por su oralidad envolvente; por su contundencia y condensación; por su agilidad narrativa y su original estructura fragmentaria. Una pieza de artesanía en la que todo está medido y tiene sentido, que recuerda a autores como Agota Kristoff, Raymond Carver, Edouard Levé o Georges Perec, e impresiona por su elevada conciencia de estilo y profundo compromiso.
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